No se me ocurre un titulo ahora...

Intento hacer de este espacio lugar donde volcar mis demencias...

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Nombre: Sponjito
Ubicación: Argentina

lunes, enero 30, 2012

Probando la aplicación de iPod

A ver que tal funciona la aplicación de blogger desde el iPod... Si es cómoda por Ahi actualizo mas seguido :)

viernes, noviembre 07, 2008

El Amanecer

Las luces se apagaron súbitamente y la oscuridad me atrapo en su seno...
me sentía sofocado por la opresiva masa de tinieblas que me rodeaba
la completa oscuridad y la falta de sonidos me impedía saber cuanto tiempo
hacía que estaba así... y caí en la cuenta que tampoco podía saber donde
estaba ni que había sucedido... pero no me importo, la desagradable
sensación inicial había dejado lugar a una calma y bienestar que me reconfortaban
no podía recordar nada y esa falta de recuerdos me resultaba reveladoramente
bella... podría pasar un largo tiempo asi... descansando... eternamente...

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Aun recuerdo con amarga ira como fui desterrado de la inexistencia...
Comenzó como una leve insinuación de una idea, que luego muto en tenue sensación
y de a poco fue creciendo en intensidad, tomando forma en mi diluida conciencia.
La sensación fue en aumento, tornándose molesta, volviéndose dolorosa y una vieja
conocida se adueño de mi con una magnitud enorme...
Jamás había sufrido un hambre tan atroz!

Sentí la imperiosa necesidad de comer, no podía quedarme impasible, tenia que
conseguir algo que calmara el dolor que surgía de mis entrañas...
Intente levantarme y sentí con pavor como la oscuridad se hacia palpable y material
A mi alrededor, mi cabeza golpeo contra algo y caí recostado nuevamente,
Me sentí atrapado y la desesperación me hizo levantar los brazos, la ira me daba
fuerzas, Un gruñido gutural e inarticulado surgió de mi y el temor dirigió mi puño
para desgarrar la oscuridad con secos crujidos...
Mis manos se hundieron en la obscura humedad y con desesperación comencé a abrirme
paso a través de ella.

Cuando finalmente logre salir de la oscuridad me encontré en un panorama de
pesadilla, el cementerio hervía con cuerpos que se levantaban de la tierra gimiendo
y gruñendo al igual que yo, vi que muchos se dirigían hacia las luces de un
lejano pueblito y en ese momento sentí ese olor dulson que hizo estremecer mis
entrañas, el aroma de la vida recorriendo sinuosos caminos basculares...
El dolor y el hambre acuciantes aumentaron y comencé a moverme como pude en
dirección a la luz...

En mi lento deambular veía a los otros, cubiertos de harapos, movían sus osamentas
siguiendo el singular ritmo de quejidos y gorjeos que podíamos crear con nuestras
corruptas gargantas...
Algo de conciencia se abrió camino entre el dolor y me detuve ¿que estoy haciendo?
pensé...
En ese momento un perro apareció entre las matas de yuyos gruñendo y
salivando, sin detenerse se lanzo sobre mi y apretó su mordida en mi pierna mohosa
pero el dolor no cambio...
Solo el hambre atroz seguía hostigándome y al mirar al animal sentí ese preciado
aroma muy cercano y la necesidad nublo la poca conciencia que había recuperado...
Mis mano sujetaron al animal y mi dientes comenzaron a morderle logrando hacer manar
el ansiado liquido, ese delicioso elixir que detendría mi malestar...
El animal soltó un breve gemido y luego dejo de moverse brindándome su vida.

Cuando ya no pude obtener mas de mi victima me incorpore y note que
el dolor no había disminuido... debía conseguir mas y pronto!!
Como los demás, me dirigí al pueblito, en el horizonte comenzaba el amanecer...

miércoles, octubre 10, 2007

...

La experiencia es como un peine que te da la vida cuando ya te quedaste pelado

domingo, septiembre 30, 2007

Despertó en medio de la noche con la certeza de que algo había perturbado su sueño y la incertidumbre de no saber que.
La noche cubría toda la habitación con su velo de tinieblas acompañada del silencio nocturno, ese silencio formado por pequeños sonidos tan levemente insinuados que no llegan a ser.
Escudriño las sombras con nerviosismo arriesgándose a encontrar el motivo de su desvelo, solo pudo notar su soledad y nada más.
Pero esto no mitigo su temor, seguía sintiendo la presencia ignota y aterradora que había perturbado su descanso.
El tiempo paso, minutos, horas, era difícil saberlo... Finalmente el sueño comenzó a ganarle la batalla y un nuevo temor se hizo presente, ¿que sucedería si bajaba su guardia? ¿Que sucedería si se dormía?
El silencio y la quietud persistían, la presencia ignota hacia otro tanto, el atroz final se dilataba...
Sintió el peso en sus parpados, lucho contra Morfeo con la certeza de que no podría evitarlo por siempre, se sumió en la desesperación y en ese preciso instante se dio cuenta que todo era, como tantas otras veces, producto de su imaginación. El alivio llego como una brisa fresca que se llevo sus temores, se acomodo en la cama y se durmió disfrutando de esa agradable sensación de bienestar...
La presencia ignota sonrió complacida y se acerco a la cama...

El hombre de la casa(En presente y tercera persona)

Corre el año 1976 y la Argentina se encuentra en uno de sus peores periodos, El golpe de estado ha terminado con todo derecho y el abuso de poder esta a la orden del día.
Faltan pocos días para que el niño cumpla su primer mes de vida, y se encuentra sobre la cama de sus padres descubriendo a cada instante el vasto mundo que lo rodea.
En ese momento unos golpes resuenan en la puerta de la pequeña casa que alquilan sus padres, se trataba de las fuerzas militares que, sin mediar palabras, irrumpen en el lugar... El miedo invade a los integrantes de la familia a tal punto que la madre empieza a temblar como una hoja

-No tenga miedo señora, buscamos a alguien que se nos escapo-

Aquel que parece el capitán del grupo intenta calmar a la mujer sin muchos resultados mientras el resto del batallón se dispersa y registra toda la casa, los minutos pasan lentos mientras los inquilinos ven con terror como su casa es puesta del revés en busca de alguien que ellos desconocen.
De pronto uno de los soldados entra a la habitación y da la voz de alarma

-¡Acá esta el hombre de la casa!-

El terror se apodero del inquilino al sentir el frió acero sobre su cien, el capitán del grupo, furioso, increpó al hombre gritándole

-¡REZA POR QUE AQUEL QUE SE ESCONDE EN LA HABITACIÓN NO SEA QUIEN BUSCAMOS!!!-

En ese mismo momento un llanto desvió la atención del capitán hacia el bebe que lloraba en brazos de su subordinado

-Capitán, no grite que asusta al hombre de la casa- Dijo sonriendo el soldado.

Fin.

El Hombre de la casa

Esta anécdota la conozco por la palabra de mis padres ya que yo era muy pequeño para recordarla.
Centrémonos en Lugar y tiempo, Argentina a fines de junio del 76´ a pocos días de cumplir mi primer mes de vida, me encontraba sobre la cama de mis padres descubriendo a cada instante el vasto mundo que se presentaba ante mi, cuando unos golpes resonaron en la puerta de la pequeña casa que alquilábamos, se trataba de las fuerzas militares que, sin mediar palabras, irrumpieron en el lugar...
Se podrán imaginar el susto que se llevaron mis padres, mi madre temblaba de miedo y aquel que parecía el capitán del grupo, intentando ser gentil, le dijo:

-No tenga miedo señora, buscamos a alguien que se nos escapo-

Los soldados se dispersaron y registraron las pocas habitaciones que tenia la casa, uno de los soldados entro a la habitación donde yo me encontraba y levantando la voz para que todos oyeran dijo

-¡Acá esta el hombre de la casa!-

Mi padre todavía revive con terror la mirada que le propino el capitán unos momentos antes de encaminarse hacia la habitación, una mirada que le decía silenciosamente "Sos boleta"
Mirada que cambio completamente cuando el capitán se asomo a la puerta y vio a su subordinado sonriendo y señalando al niño, de casi un mes de vida, que jugaba en el centro de la cama.
Todo termino bien, si se puede usar esa palabra para referirse a hechos tan infames de nuestra historia, pero la situación dejo una horrible impresión que vive todavía en los recuerdos de mis padres.

Tarde de primavera

Plock! El sonido de pez en el estanque me saco del ensueño en el que me había sumido, mi libro había caído al suelo pero el estado de relajamiento y el sopor en que me encontraba lucharon contra la intención de levantarme a recogerlo, me estire sobre la hamaca desperezándome y sentí el vaivén de la misma lo cual me relajo aun mas, mirando hacia arriba me dedique a buscar formas entre las hojas, el sol y los árboles podrían reemplazar a cualquier eximio pintor si se lo propusieran, en ese momento se levanto una suave brisa primaveral que comenzó a mover los diseño que yo había descubierto entre el follaje y me llevo a pensar que ninguna pintura podría igualar la magnificencia de la naturaleza.

¿Cuanto tiempo hacia que estaba disfrutando de esta paz y quietud? La pregunta vino a mi mente de pronto y con un acto reflejo levante mi muñeca en busca del reloj, la pata atigrada me indico que algo andaba mal, sentí pavor y me puse de pie sobre la hamaca, la punta de mi cola se movió de un lado a otro demostrando mi nerviosismo y un aullido de angustia y temor salio de mi al notar que ¡tenia una cola!

Al cabo de un rato ya había tomado conciencia de mi situación, pero esto no me dejaba mas tranquilo, ¿Qué ha pasado y porque? Las preguntas giraban en mi mente sin encontrar respuesta, comencé a deambular por el jardín sin saber que hacer, inconscientemente trepe al árbol de cerezo y al llegar a la mas alta rama sentí la suave brisa acariciar mi felino rostro, sentí las rosadas hojas volar en torno mío, sentí que las preocupaciones humanas me dejaban para siempre y comprendí que había obtenido lo que tanto había deseado.

El crimen del cerrajero

La noche avanzaba inexorablemente sobre los tejados del barrio colonial tiñendo de pardo aquellos gatos que comenzaban su deambular temprano.
El sutil repicar sonó en la oscuridad y el eco nocturno se encargo de llevarlo a pasear por todo el barrio.
El hombre, padre de aquel repicar, parecía querer contener el sonido con el cuerpo, acurrucándose sobre su objetivo y casi cubriéndolo con la negra capa bajo la cual se notaban sus diestros movimientos. En efecto aquel hombre era un profesional y estaba llevando a cabo su profesión.
Los rumores acerca del Asesino despejaron la duda en la mente del guardia ayudados por la lengua sagaz del sereno que había descubierto el "trabajito".
Tensó su arco y respirando hondamente dio el grito de Alto, el hombre acurrucado frente a la puerta dio media vuelta y levantó su mano, la luz de la luna delato la presencia del metal y el guardia temió irracionalmente por su vida, se dejo llevar por lo rumores, por las historias sobre el Asesino, El guardia soltó la flecha.

-¡Cerrajero! ¡Una gran profesión!-

Exclamo San pedro mientras sonriendo sacaba un manojo de llaves y miraba con atención una particularmente roma.

He vuelto

Luego de muchos enturtos he vuelto... teman mi regreso o glorifiquenlo (?)

lunes, octubre 17, 2005

Deseo

La inquietante hora se acercaba lentamente, esta vez se haría realidad el tan ansiado deseo.
Penso en aquel momento y aquel lugar, penso en la forma cobarde en que había actuado y el nudo volvió a apretarle las entrañas, en poco tiempo podría enmendar aquello, estas vez presentía la seguridad del hecho en lugar de la ambigüedad del quizás...
La alarma del reloj lo saco de sus pensamientos, sonrío al ver que había sido una buena idea poner la alarma, desde aquella vez su mente se entretenía demasiado en pensamientos y reproches y muchas veces olvidaba el correr del tiempo, hoy no podía darse ese lujo.
Comenzó recitando el mantra que había estudiado en detalle, todo debía ser dicho en el momento y con la intensidad justa, así lo hizo mientras, afuera, se levantaba una ligera ventisca que arrancaba un suave siseo entre las hojas de los sauces cercanos.
Termino de recitar en el momento justo, su mirada recorrió la habitación en penumbras con nerviosismo, intento aguzar su oído pero lo único que percibió fue el murmullo de los sauces en el jardín.
Luego de unos instantes de tensión, penso "otra vez he fracasado", con pudor noto su alivio y volvió a considerarse un cobarde como aquella vez.
Se levanto dispuesto a limpiar los signos cabalísticos dibujados con todo esmero por el piso cuando alguien le hablo:
-Esa sensación de alivio... ¿que significa?
El sobresalto se fundió con un miedo paralizante, se dio vuelta y vio en el mas obscuro rincón, una presencia, que en principio le pareció difusa, pero que enseguida tomo forma, un hombre vestido de negro traje lo observaba desde el rincón esperando una respuesta.
-¿Quien es usted?- dijo balbuceando.
-¿No lo sabes?- Contesto el hombre de negro.
Lo sabia... lo sabia perfectamente, pero su mente se negaba a aceptarlo.
La sensación de urgencia inundo su mente, recordó de improvisto todo lo que había leído, recordó su nombre... Zak, recordó la poca paciencia que aquel solía tener y se apresuro a completar lo que había iniciado.
-Sí, sé quien eres y sé bien que quiero de ti.
Al escucharse decir estas palabras el temor disminuyo un poco, había logrado controlar la situación, saboreo el néctar del orgullo propio por unos instantes y con esa dulce sensación aun en su mente dijo:
-¿Es necesario que formule lo que anhelo con palabras?
El hombre del negro traje no había dicho ni hecho nada mas, solo lo miraba y sonreía, sonreía de forma perturbadora y atractiva al mismo tiempo.

Inclinándose para realizar una leve reverencia aquel al que simplemente llamaban Zak respondió:
-Concedido.



La puerta se abrió y Malena entró al departamento cargando las bolsas del mercado.
-¿ya estas listo?- le dijo sonriendo angelicalmente

Por unos momentos la irrealidad inundo su mente. Luego llegaron, como una estampida, sus sentimientos y estuvo a punto de permitirles el paso, pero logro contenerlos ya que no podía permitir que ella notara algo distinto, algo que le permitiera tan solo sospechar lo que él había hecho, por esto soporto la embestida de las emociones como una roca soporta la tormenta de nieve.

-¿Te sucede algo?- pregunto ella al prestarle atención -tienes los ojos húmedos.
-No es nada, me entro algo en los ojos.- le contesto y miro para otro lado esperando que ella dejara de indagar sobre el tema, afortunadamente ella se encogió de hombros y se dirigió hacia la cocina.

Aun después de haberla visto le costaba creer que todo volviese a darse nuevamente, le costaba creer que al fin había logrado lo que tanto había deseado.
La parte lógica de su mente lo obligo a poner los pies sobre la tierra, ¿que debía hacer?, sabía perfectamente cual era su objetivo: evitar el accidente, pero jamas se había detenido a pensar como iba a hacerlo.
Su mente voló intentando recordar los sucesos de aquella tarde fatal, pero solo la terrible sensación del desenlace llego a el, un pequeño nudo se formó en su estomago, volvió a intentar recordar, pero su mente se negaba a hacerlo, se dio cuenta que lentamente olvidaba los hechos futuros que desencadenarían en el accidente, el nudo en su estomago se apretó y comenzó a desesperarse...
Recordaba haber llegado al departamento desde el trabajo, pero muy dentro suyo sabia que había llegado desde otro lugar y tiempo, no podía asegurar que era lo que iba a suceder en unos minutos, pero muy en su interior tenia la sensación de saberlo (o haberlo sabido), tenia la horrible certeza de que algo muy malo iba a sucederle a Malena, pero no podía darse cuenta que cosa era...
El nudo en su estomago se convirtió en dolor, su mente lo condeno a conocer el destino fatal de su esposa y casi nada mas...
Dos preguntas se abrieron paso pesadamente entre sus pensamientos, ¿Era su mente quien le jugaba una mala pasada o había sido Zak? y quizás la mas enigmática de las dos ¿Quién era Zak?.

miércoles, octubre 12, 2005

La exposición

Jamas pense que lo sucedido aquella tarde daria un vuelco tan pronunciado a mi existencia...
De haberlo sabido o tan solo sospechado, no hubiera aceptado acompañar a José al museo de ciencias Naturales, pero nadie sabe que le depara el destino.
Una leve ventisca se levantaba esa tarde de Septiembre, leve y cálida anunciando la primavera que se avecinaba en la ciudad. Me encontraba sentado en el fondo de mi casa, leyendo un buen libro sobre las andanzas de gente mediana, cuando el estridente sonido del timbre me expulso de la Tierra Media y me devolvió al mundo en el que vivimos, José había llegado, tarde como era su costumbre.
Partimos hacia el Museo charlando, el estaba excitado, hablaba sin parar del objetivo de nuestro paseo.
"Tienes que venir!! la exposición es algo único!!" me había dicho por teléfono cuando se refirió al muestrario sobre el cuerpo humano que exhibían por poco tiempo en el museo. En mi caso, ver pedazos de personas dentro de frascos llenos de formol no me parecía tan agradable como a el... pero los lazos de amistad ha veces son mas fuertes que los gustos personales y acepte acompañarlo.
Al llegar al museo la tarde comenzaba a declinar permitiendo que, las primeras timidas estrellas asomaran por el horizonte, le dije a José que era tarde, pero el insistió
- Estará abierto hasta las 9!!, todavía quedan 2 horas - me respondió.
Asi fue como llegue al lugar que cubrio de terror el resto de mi existencia, aunque lo que me asusto no fue el Museo en si mismo sino la horrible visión que tuve en ese lugar.
Siguiendo a José me encamine hacia el ala este del museo, pasando junto a los grandes soberanos de la tierra antigua cuyos esqueletos alimentan, hoy en día, la imaginación de los niños, pasando luego, por el lecho de descanso de esos antiguos hombres que antaño respiraban el aire del desierto y adoraban a sus múltiples Dioses...
Finalmente llegamos, casi nadie quedaba ya en este sector del museo, algún estudiante de Medicina como José, pero ninguno conocido...
Mi amigo se maravillaba con las cosas que mi mente repelía... Unos 30 recipientes de vidrio en cuyo interior
flotaban inertes, los restos de distintas personas, un corazón por aquí, un hígado por allá, en el centro de la habitación, un cerebro...
José se afanaba en tomar notas y hacia comentarios que yo jamas podría entender
- Mira la aorta!!, este pobre corazón casi exploto! - decía.
Pero yo no le hacia mucho caso, me senté en una banca y trate de pensar en otra cosa...
Unos instantes después un hombre bajo de cabellos ralos se acerco a la estancia, escrutó con la mirada la exposición y dando media vuelta salió, parecía enojado.
Poco después unos pasos apurados se escucharon en el pasillo y voces, voces que discutían, se hacían mas fuerte a cada instante, finalmente el hombre bajo volvió a entrar acompañado del director del museo, discutían y no repararon en nosotros, José se acerco a mi y quedamos en silencio mirando a las personas...
- Como es posible que no este!!, el hombre bajo parecía muy malhumorado.
- El contrato decía que lo exhibirían!.
- Pero Señor Ripol, nos pareció demasiado...como decirlo...macabro exponer eso.
El director del hospital se excusaba delante del hombre bajo.
- Macabro??, somos gente de ciencia, pase años para lograr ese resultado, y ustedes no lo exponen!!...es Inaudito!!.
El hombre bajo caminaba de un lado al otro, la cólera lo llevaba a cuestas...
- Donde tiene mi obra??... si no la van a exponer, entonces me la llevare! bramo el señor Ripol...
- Me alegraría que se lleve esa aberración lo antes posible.
Respondió el director que parecía estar recobrando consciencia de su autoridad dentro del Museo.
- Ahí lo tiene, en esa habitación...
Dijo señalando la puerta blanca en la pared este del salón.
Ambos se encaminaron ahí y luego de hechar una mirada al interior el Señor Ripol salió seguido del director - - Haré unas llamadas y pediré un transporte...cumpliré su deseo, me llevare mi gran obra.
Dijo al director con una marcada muesca de desprecio hacia el.
Salieron del salón discutiendo sin haber notado nuestra silenciosa presencia en ningún momento...
Todavía se escuchaban las voces de ellos cuando José advirtió que habian dejado la puerta abierta...
- Mira!!. Me dijo y un centelleo de interés brillo en sus ojos.
- Han dejado la puerta abierta!!...que será esa Aberración que nombraban?.

Ya se encaminaba hacia ahí, cuando lo sostuve del brazo, le dije que era tarde y nos meteríamos en problemas...
Pero el no me escucho, pense en dejarlo e irme, pero nunca había abandona a un amigo antes y no comenzaría ahora, de modo que lo seguí...
La habitación estaba a obscuras y José busco la llave de la luz, la encontró en el lugar adecuado, yo hubiese preferido que jamas la hubiese encontrado, que hubiésemos salido de ahí sin ver lo que guardaban en esa habitación...
La luz inundo la sala, una luz amarillenta, producto de los dos focos incandescentes que se encendieron al unísono cuando José Presiono la llave y nos mostró un espectáculo grotesco, al menos para mi.
Sobre una mesa alargada, se encontraba un recipiento de vidrio, similar a los que se estaban exponiendo pero de un tamaño mayor, en su interior flotaba inerte aquello que alguna vez pudo ser una persona...pero nunca lo logro...
Era realmente terrible ver ese pequeño ser flotando en el formol...
Todavía me pregunto como una persona puede tener suficiente sangre fría, como para darle este fin a un pobre niño que nunca llego a nacer...es demencial...
José no opinaba lo mismo, sus estudios de medicina lo habían templado en situaciones como esta, y estaba maravillado
- Que estúpido el director del Museo! -decía
- Esto es una gran obra, Se puede aprender mucho de ella!!".
Se hacerco al frasco esgrimiendo su anotador, imagino que con intencion de tomar indescifrables notas medicas, de pronto exclamo.
- Raro!.
Lo cual para mi fue una sorpresa, sorpresa que se torno en comprencion al mirar con mas atencion el contenido del recipiente...
- Este hubiera sido un bebe raro -continuo diciendo y tenia mucha razon.
El pequeño que flotaba dentro del frasco tenia la piel ligeramente morena pero se podian apreciar claramente las finas venas y arterias, las facciones recordaban vagamente algo, pero no sabría decirles que... Su posición fetal era un tanto extraña, pero lo que mas me perturbo fue que parecía dormir un largo sueño.
Sentí una terrible sensación en ese momento. Temí, con un temor irracional, que si hacíamos ruido podríamos perturbar ese sueño...me aleje y volví a pedirle a José que nos fuéramos
- Van a volver y nos van a descubrir aquí! -le dije y mi voz sonó cansada, apagada, José noto que algo me pasaba y asintió...
- Tu no estas preparado para estas cosas, la medicina la tienes que llevar en el alma y tu no la tienes. me dijo mientras nos dirigíamos hacia la puerta...
Unos pasos antes del umbral algo me hizo volver la cabeza... Toda mi existencia me voy a odiar por haber seguido aquel impulso...
Ahí estaba el frasco acomodado sobre la mesa, ahí estaba el feto "raro", su posición había cambiado, parecía mas erguido y entonces lo vi, sus ojo negros enormes me observaban a través del vidrio, su mano izquierda que dejaba transparentar las falanges a través de la fina piel morena se apoyo, con la palma extendida sobre el vidrio, como una señal de clemencia, como un pedido desesperado, vi su pequeña y blanca boca moverse... y grite, grite con una fuerza que no sabia que poseía mi voz, una fuerza alimentada por el terror...
José Me tomo por los hombros
- Que sucede!! que sucede!!". Repetía mientras me zamarreaba, yo no podía hablar, pálido y tembloroso señale el frasco y mi mente dio otro vuelco, todo había vuelto a la normalidad, el feto flotaba en la posición original, con los ojos cerrados...como si jamas se hubiese movido...
En ese instante llegaron corriendo el director y el Hombre bajo, Parecían muy enojados, José pedía disculpas, daba explicaciones, pero yo no hablaba, mi vista estaba fija en ese frasco aterrador, hubiese querido arrojarlo lejos, romperlo en mil pedazos, pero el simple pensamiento de acercarme nuevamente me hacia temblar las piernas...
Al fin salimos de ahí, mientras nos alejábamos escuche al director decir
- Ya lo ve Señor, su obra no puede ser expuesta....
Las voces se extinguieron mientras nos retirábamos y no supe mas...
Cuando recobre el sentido me encontraba sentado con Jose en uno de los bancos que rodean la plazuela frente al Museo. Sintiendome un poco mejor pude contarle a José lo que había visto, el me miro ocultando intentando ocultarme una sonrisa burlona y me dijo
- La mente nos puede jugar una mala pasada...
Luego dio varias explicaciones sobre alucinaciones a las cuales no preste atención, finalmente tomándome del hombro prosiguió
- Si que eres impresionable mi amigo!...al punto de ver cosas que no existen.
No me creyó, y yo íntimamente sabia que no me creería jamas...
Llegué a casa y me dirigí a mi habitación...solo quería dormir y olvidar, como si alguna vez pudiera olvidarlo, la cama era mullida mas mullida que de costumbre y cerré mis ojos.
Desperté con el sonido de voces, dos personas hablaban cerca mío, dos voces familiares y extrañas al mismo tiempo, no podía entender lo que decían, sentía frío y una sensación extraña, me estire un poco, abrí mis ojos
y ahí los vi alejándose hacia la puerta, instintivamente intente alcanzarlos con mi mano, pero ella tropezó en su camino con el vidrio, en ese momento uno de ellos se volteo y me miro, intente gritarle pero el frío liquido llenaba mis pulmones... Ningún sonido salió de mi garganta.

Fin

miércoles, septiembre 28, 2005

"Es escencial, ante una charla sensata, pensar antes de hablar para no meter la pata



Esta frace vino a mi mente durante una reunion de trabajo que comparti con el Ser Mitologico descripto en el cuentito anterior, reunion en donde el tipo con completo descaro dijole a su Superior "Cuando mi gente se desvia y necesita ashuda, Sho los corrijo y los encamino"... la aclaracion en este caso vendria a ser que el Ser Mitologico no tiene la capacidad de corregir ni encaminar ni siquiera a una roca.

Este comentario de Mitoman haciendo alucion a la gente que los sostenia y ayudaba causo un malestar en los mismos, quizas el motivo fue que ellos se encontraban en la reunion tambien...